Escribo mientras tengo la maleta sin desocupar... y además, está a punto de anochecer. Pero es que quería que el lunes (que es cuando leerás esto), vieras los tesoros que me he traído de nuestro viaje a la casa familiar de Granada... Y mi reflexión sobre el volver al lugar donde un día los dioses nos envidiaron...
Porque volver al pasado nunca es como lo imaginamos, pero siempre podemos traernos un botín curioso, aunque para otras personas no tengan valor...
Y es que este fin de semana hemos ido al pueblo de mi madre, que está a 60 kilómetros de Granada...
Imagínate: 450 kilómetros de ida, y 450 kilómetros de vuelta, con tres niños, dos de ellos, jugando al "Veo veo" usando conceptos abstractos y una niña de tres años y medio, que nada más salir del aparcamiento de casa preguntaba cuánto quedaba para llegar al país de los caballos para ver a su prima "Kate".
(te juro que cada vez que lo dice, mi marido y yo pensamos en Caroline, la niña de Poltergeist y estamos por llamar a Iker Jiménez)
El viaje, resumiendo, tenía como objetivo que mi trío supiera que tienen más raíces además del farinato, la jeta y río Agueda, que conocieran la "Olla de Guadix", las cuevas, que se puede cenar de tapas, y esas vistas a Sierra Nevada que su madre tanto añoraba...
Y, por qué no decirlo, reencontrarme con aquellas calles en las que fui feliz, mucho antes de saber que sería aún más feliz con un hombre al que aún no conocía, y unos niños que jamás imaginé que tendría.
(porque volver al pasado es lo que tiene, que todo nos parece más pequeño, no peor, sino más pequeño en términos del Sistema Métrico Decimal...)
Y te estarás preguntando qué tiene que ver el Colacao con todo ésto...
Te lo cuento ahora mismo:
Uno de los recuerdos de mi infancia, cuando iba a casa de mis abuelos, eran los armarios rojos de la cocina de mi abuela, con unas latas de Colacao donde ella guardaba galletas María, o legumbres, o los roscos de vino...
Y cuando al llegar a la casa familiar, y pasar a la despensa, vi la colección de las susodichas latas me entró la tentación...
¿Qué pasaría si me traía a mi casa una lata de esas?
Era mucho la tentación, y si eres una "pirada" como yo, me entenderás...
Así que llamé a mi madre, para pedirle permiso, y y me dijo que si yo les encontraba valor, que cogiera las que quisiera...
(no lo puedo evitar, pero cada vez que voy a una casa, tengo el ojo avizor, no por llevarme nada material, sino por coger ideas... pero esto era una tentación muy grande)
Por eso, tres de ellas están ahora en mi cocina:
Y además, de regalo, mi madre me contó la historia de esas latas...
Cuando ella era maestra en el Moratón de Senés (desierto de Almería, para que te hagas una idea, y hace 50 años...) las llevaba de vuelta a casa de sus padres llenas de miel, lo cual a mi abuela le hacía muchísima ilusión...
Para que te hagas una idea, te muestro una foto del precio de la lata:
Y es que hace unos meses, en Facebook vi, en alguna de esas páginas nostálgicas, una foto de estas latas, como un tesoro vintage. Y las recordé. Y me dio pena no tener ninguna de esas latas... Que para cualquier otro pueden no ser más que unas latas viejas... Pero para mi, tienen un valor incalculable: por el recuerdo de la infancia, y porque soy una "friki", para qué seguir disimulando...
Porque son como los tambores cilíndricos de Colón, o la canción de "Las muñecas de Famosa se dirigen al Portal", que forman parte de nuestra memoria, y son recuerdos que acariciamos y añoramos.
Y estoy feliz por tenerlas en mi casa, porque según pasaban los kilómetros hacia el pueblo de mi infancia, iba recordando otros viajes, algunos alegres y otros tristes porque suponía ir al entierro de mis abuelos, y porque no podía dejar de recitar mentalmente el poema de Antonio Gala:
Hoy vuelvo a la ciudad enamorado
donde un día los dioses me envidiaron.
Sus altas torres, que por mí brillaron,
pavesa sólo son desmantelada.
De cuanto yo recuerdo, ya no hay nada:
plazas, calles, esquinas se borraron.
El mirto y el acanto me engañaron,
me engañó el corazón de la granada.
Cómo pudo callarse tan deprisa
su rumor de agua oculta y fácil nido,
su canción de árbol alto y verde brisa.
Dónde pudo perderse tanto ruido,
tanto amor, tanto encanto, tanta risa,
tanta campana como se ha perdido.
Porque los lugares del pasado nunca son como los recordamos, porque el tiempo pasa, no solo para nosotros, sino también gracias a las normativas urbanísticas, y eso destroza muchas expectativas...
Aunque mis latas de Colacao no me las quita nadie...
Y tú, ¿has viajado al pasado? ¿Te gustó, o lo mejor fue un tesoro vintage?
Recuerda que si no te quieres perder nada, me encontrarás en:
Qué bonito! Mi abuela también tenía esas latas, pero estaban tan estropeadas en su interior que no pude rescatarlas. Ponlas en un lugar bien vistoso!!
ResponderEliminarBss
Oh, qué pena.... Las pienso poner encima del frigo, que se ve al entrar a la cocina, y quitaré otras latas tuneadas...
EliminarBss
Que te quiero decir muchas cosas y esto es muy chico. Que me he acordado de Juan Ramón Jiménez y su poema: Cuando yo era el niño Dios....Que me alegro de tus raíces andaluzas. Que qué bonito retroceder al pasado y qué pequeña angustia entra cuando tido ha cambiado demasiado (y para mal). Que yo tengo un par de latas de esas pero porque las compré este año. Y que sigue con entradas así que tanto me gustan. Un abrazo.
ResponderEliminarQue coincidencia!! Tengo 2 de esas latas también de casa de mi abuela, un pueblecito de Ciudad Real y las tengo como un gran tesoro en mi cuarto de costura. Cada vez que las veo me acuerdo de mi infancia y buenos momentos como tu
ResponderEliminarBesotes!
Bien!!! Qué suerte tener un cuarto de costura... y el poder echar mano a los recuerdos.
EliminarBss
Precioso tu post de hoy!! He "viajado" muchas veces al pasado y casi nunca coincide con mis recuerdos. La vida cambia como cambian los lugares y como cambian nuestros sentimientos, pero yo creo que los recuerdos son como son, siempre los mismos por mucho que pasen los años, y así es como hay que plasmarlos en un papel o en una imagen para mantenerlos vivos. Y así es como los has reflejado aquí. Abrazos
ResponderEliminarQué bonito!!!! Mi abuela también guardaba las galletas María y las legumbres en latas de cola cao.
ResponderEliminarMe has traído muchos recuerdos, viajes con niños jugando al veo veo y usando términos abstractos, viajes al pasado donde todo es más pequeño...me ha encantado.
No lalméis aún a Iker, tal vez solo sea una etapa,jejeej.
Besos.
Eso sí que era "reutilizar" porque las de cartón de ahora poca vida tienen luego... a no ser que las utilices para scrap (cosa que hago yo).
EliminarY lo de Iker, le doy dos meses...
Bss
Qué recuerdos...
ResponderEliminardecorando de corazón
Ya ves... Esta tarde tengo que recolocar la cocina para lucirlas...
EliminarBss
Que boniiitooo, Luz!! Como me gusta este post y como me gustan esas latas!!
ResponderEliminarYo también rescaté una de ellas pero el interior no puede estar "más peor". Entonces, me da pena meterla mano por si cambia su aspecto original...pero por otro lado la tengo guardada porque en ese estado...
Me encanta! Un beso
Bueno, puedes pintar el interior, o forrarlo, pero hay que darle uso!!
EliminarBss
Muchos recuerdos ...y unas latas muy bonitas. En mi casa también las teníamos pero mi abuela lo tiraba todo.Bss
ResponderEliminarOh, qué pena!!!! Bueno, así ya sabemos que no debemos tirar nada para que nuestras futuras nietas tengan algo que llevarse...
EliminarBss
Hola guapa, me encantan!!! Yo tenía una no tan vieja con las galletas maría en casa de mi madre, y siempre asocio las galletas a esa caja... lo que no sé ahora dónde andará!!1
ResponderEliminarBesos,
Qué bonita tu historia de hoy, Luz.
ResponderEliminarCómo me has hecho sentir nostalgia. Me he sentido muy identificada en tu relato.
Las latas son chulísimas.
Y no te preocupes, hay (habemos) más frikis sueltas por ahí de las que te piensas ;)
Besitos,
Lupe.
Qué chulada de latas!!
ResponderEliminarTengo una amiga que también tiene una niña de 3 años y pico, y resulta que notaron que a veces se quedaba así como mirando al vacío. Un día le preguntaron, con los nombres no me quede, pero uno resulta que estaba detrás de papá y en el otro, agárrate, en mamá. Es Elisa, la niña de la última muñeca.
XOXO
Ay, Lily, no me metas miedo, jejeje...
Eliminarbss
Hola Luz!! Siempre es importante mirar hacia atrás...y no olvidar nunca de dónde venimos...Los botes vintage tienen un algo que gustan...y no porque ahora vuelvan a estar de moda...
ResponderEliminarPor cierto...no te olvides de pasar por mi blog que estoy de SORTEO!!! Tus amigas lectoras también están invitadas!!
Un abrazo!!
Marta
3de2-cat.blogspot.com.es
Cierto, yo creo que gustan porque nos traen recuerdos, y además, ahora son más accesibles.
EliminarA ver si me cojo el banner y me apunto...
Bss
Hola!!! que bonitos recuerdos!!! me ha gustado tu relato del viaje y las latas, me encantan!!! y que sepas que la canción de las muñecas, hace años que la tengo en mi móvil y la suelo poner de tono de llamada en diciembre.... ya no te digo más, jajaja
ResponderEliminarbesos
Qué bueno!!! Es un tono ideal!
EliminarBss
Que nostalgia da ver estas latas que nos han acompañado en la infancia, mi madre siempre las tenía en la cocina cuantos colacaos nos habrá dado de pequeños, entiendo muy bien lo que sentiste al tenerlas, yo hace poco también me he hecho con tres, una de ellas me la dio mi sobrino de casa de su abuela fíjate que el con 22 años ni las ha conocido y cuando vio la ilusión que me hacia me la trajo y las otras dos las tenía mi suegra en casa, así que yo encantada.
ResponderEliminarBueno me alegro que el viaje fuera estupendo a tu tierra y un beso
Eso es un sobrino detallista!!! Como le decía a otra lectora, es tan fácil hacernos un regalo...
EliminarBss
Pues si que me haces recordar Luz y me pones nostálgica, esos botes han estado durante toda mi vida en la cocina de mi madre y no se si ahora son vintage pero a mi me traen un montón de recuerdos incluso de olores. Tengo una guardada que tiene coches, igual es un poco mas moderna que esas tuyas y esta llena de los botones de mi madre, todo un tesoro, te gustarían.
ResponderEliminarY si los lugares del pasado no son como los recordamos, porque ademas de cambiados nos faltan personas importantes en nuestra vida que vivieron esos momentos con nosotros.
Un beso
Son preciosas Luz! a mi también me encantan las cajas antiguas y si tienen historia me gustan mucho mas!!!
ResponderEliminarMuchos besos!!!
Ya veo que somos muchas las fanáticas de las latas...
EliminarBss
En mi casa también había estos botes , claro que ahora caigo que era en mi casa no en la de mi abuela :( . Dios que pena jaja.
ResponderEliminar_Me ha encantado tu entrada de hoy y que nos invitaras a este paseo por tu pasado
Bsos
Querida Luz, preciosa entrada. Esas latas estaban en mi casa y en casa de mi abuela cuando era pequeña, todas han desparecido porque como diría un amigo mío murieron en acto de servicio jejejeje, mi hermana ha conseguido alguna muchos años después y las tiene en su cocina en un lugar destacado. En mi casa tenemos otras latas también de Cola Cao que salieron posteriormente, con dibujos chinescos, que están llenas de fotos antiguas y que mi hermana ya se ha pedido porque es la que recoge y guarda todo.
ResponderEliminarSigue disfrutando de los pequeños detalles de la vida. Besicos
Ay, las chinescas las recuerdo... No sé si como costurero en casa de mi abuela o en la de mi madre... Hay que ver lo que da de sí una lata de colacao...
EliminarBss
Ohhh que latas tan preciosas, yo tengo unas que me da pena porque se me están picando, ainsss, pero se abren al reves que las tuyas, o sea en lugar de verticales quedan horizontales, vamos como una caja de zapatos, jeje
ResponderEliminarQue bonito viajar al pasado y recordar bellos momentos :D
Besote!!!!!
que entrada mas bonita!!! y esas latas son una pasada quien pillara una lata de esas jiji un besito muy grande
ResponderEliminarmuaks!!!
Que preciosidad de latas!!! Tan vintage y llenas de recuerdos...
ResponderEliminarUna entrada muy bonita relatándonos un viaje tan emotivo y entrañable...
Besos guapa
Entrañable la historia y felicitaciones por seguir conservando esas latas que a muchas nos trae bonitos y dulces recuerdos.
ResponderEliminarLuz. Es preciso esto que has escrito! Eres encantadora! Soy chus. Bsos
ResponderEliminarGracias por comentar!!!! Y además, me alegro de que esta entrada haya servido para que después de mucho tiempo compartiendo costuras en la distancia, nos hayamos enterado de que tu familia es de un pueblo cercano al de mi madre...
EliminarBesitos
El pasado tiene esto que te lo guardas y lo idealizas
ResponderEliminarAlgunos olores u objetos tienen el poder de transportarnos leeeejos y estas latas son poderosas
Sí, el pasado tiene eso...
EliminarBss
Desde luego que son un tesoro y no es que tengas una, es que son tres. Disfrútalas y ponlas en sitio visible.
ResponderEliminarBuen fin de semana.
María
Sí!!!!! Ya las tengo sobre el frigo, que se ven nada más entrar a la cocina.
EliminarBss
Desde luego que son un tesoro y no es que tengas una, es que son tres. Disfrútalas y ponlas en sitio visible.
ResponderEliminarBuen fin de semana.
María
Hola Luz, amiga que hermoso post, mira uno siempre mira para atras o tiene el deber de miras hacia atras, porque mirar para atras es llenarse de cosas buenas que lamentablemente con esta era moderna se va perdiendo.
ResponderEliminarMira yo te voy a contar algo que a lo mejor te pone contenta justamente por ser vos española, de mis 4 abuelos, mis abuelos maternos eran italinaos y mis abuelos paternos eran aleman e italiano , yo soy argentina, vos diras que tiene que ver esto con lo que cuento, bueno ahora vas a ver porque.
Mis abuelos italianos en su casa en Argentina en mi querida ciudad de Rosario , soy nacida alla aunque vivo en Salta, amaban a PEDRITO RICO, SARA MONTIEL y a nuestra LOLITA TORRES, en su comedor tenián un cuadro de cada uno de ellos, y mi abuela italiana nos cantaba GRANADA TIERRA SOÑADA POR MI, no me acuerdo muy bien la letra PERDÓN, pero creo que habia otra estrofa que decia, TU CANTAR SE VUELVE GITANO SI NOS PARA MI, ........., bueno y con nuestra querida Lolita Torres, me he criado con sus canciones y bailes españoles, mame mucho de chica el cancionero y baile español, mi hija cuando era chica hacia danzas clasicas y españolas.
Pero eso de volver al terrunío es cierto, yo vivo en Argentina , pero Salta queda a 1.400 kms, de la ciudad de Rosario, yo me vine aqui cuando mis hijas tenias 4 y 12 años, hace 30 que vivo aqui, pero la ciudad de uno, el lugar que te vio nacer, que te vio ir al colegio del barrio, esas calles que caminaste de la mano de tu mamá, o la plazita del barrio como otras cosas se extrañan mucho, por eso te entiendo y valoro tu entrada.
Nunca hay que perder la identidad vivas en donde vivas y siempre tratar de que algo del lugar en que naciste , lo recuperes a travez de una visita, son las raices de uno y es tu identidad de por vida.
Yo disfruto mucho cuando de nostalgía se habla, porque soy una nostalgiosa con mayuscula y esa nostalgia corre por mi sangre, es como tu documento de nacimiento.
Me alegra que la allas pasado tambien y que esas latas sean para vos el tesoro más grande que allas podido recojer y atesorar, son hermosas, cuidalas como la joya mejor encontrado, amiga que las disfrute mucho.
Desde SALTA, ARGENTINA en este gran camino de la nostalgia te dejo mi amistad y un gran abrazo GRACIELA
Mis cosas de cola cao, es un blog en el que hay un viaje al pasado y al presente. Preciosa entrada
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