Regalando neceseres

Esta semana no toca nostalgia, sino enseñarte los neceseres que he regalado este pasado fin de semana, que estuvimos en la Sierra de Madrid, viendo a unos amigos.

Porque no me gusta ir con las manos vacías cuando visito a personas a las que aprecio. Y aunque unos pasteles o una botella de vino puedan ser muy socorridos, yo opto por sacar mis telas y llevarles un detalle que puedan usar durante mucho tiempo.

¿Quieres verlos?

De nuevo, tuve que hacerlos con prisa, porque el miércoles de la semana pasada, fue cuando mi suegra nos preguntó si teníamos planes para el sábado, pues las amigas que viven en Zarzalejo la habían llamado para invitarnos a comer el sábado y de paso, coger castañas. El plan era estupendo, porque además de pasar la tarde en contacto con la Naturaleza, siempre pasamos ratos divertidos con ellos.

Así que el jueves, escogí las telas, porque la idea y el diseño de los neceseres que les quería llevar ya los tenía pensados.

(De verdad que tengo como firme propósito el ir haciendo estos detalles poco a poco, y tener un "fondo de regalos" listos para entregar)

Las telas... las compré el martes anterior, cuando uno de los gemelos me dijo que "necesitaba" que le hiciera una capa de Jedi para la fiesta de Halloween del colegio. Y claro, ir yo a una tienda de telas y no curiosear por los nuevos tejidos es imposible. Por eso, me traje dos telas: una de mariposas y otra de libélulas, que son las que he usado para los neceseres grandes.

También compré telas de topos marrones y rosas, con los lunares en blanco, para hacer los interiores, y que me encantan no solo porque tengo una vena flamenca poco explotada, sino porque tienen un apresto ideal para que los neceseres se queden más tiesos.

Y aunque las telas ya eran de por sí llamativas, no podía faltar mi detalle personal: un yoyó con la misma tela que el interior, con un botón plateado y el charm de "Made with love":

Porque son estos detalles los que hacen que el neceser sea algo más que una tela cosida a una cremallera...

(aunque de hecho, eso es lo que son, pero el detalle cierra el regalo, lo hace más mío)

Y para el de la tela de libélulas, lo mismo: yoyó y charm:

Pero no quería llevar sólo para las mujeres, porque además, en la casa, hay dos niñas...

(Jenny, te conozco desde hace tanto, que no puedo evitar considerarte como una chiquilla, a pesar de que seas más alta que yo y que trabajes como una leona)

Así que para ellas, hice dos porta-kleenex, que son muy útiles y que además, quedan monísimos:

Llevarles regalos hechos a mano a estas amigas me parece un poco atrevimiento, porque son unas verdaderas artistas bordando y haciendo ganchillo, pero precisamente por eso, se que valoran el tiempo empleado, y el cariño que se le pone a cada puntada.


Si te preguntas cómo hacer los yoyós, te rescato un tutorial que publiqué hace varios años sobre cómo hacer yoyós de patchwork...


¿Te han gustado?

Feliz semana (y el viernes, te espero, que tengo una reflexión sobre niños que espero que te guste)

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