Postales antiguas y marcos tuneados

Ya llegó agosto... Y aunque he retomado el punto de cruz, sigo liada dando nueva imagen a objetos de mi casa usando pinturas chalk. Porque a pesar de los calores de Madrid, me sigue relajando mucho sacar los botecitos de pintura y los pinceles y recuperar piezas que ya no me gustaban. Y recuperar también la memoria de la familia.  Porque las fotos que se muestran son forman parte del pasado...

Y te la voy a contar... O al menos, la parte que he conseguido averiguar...

Primero, la historia más cercana:

Estos marcos de madera los compré creo que al principio de estar casada, de un color azul cobalto y madera labrada, porque le iban bien a unas postales antiguas que tenía mi madre en una caja. Ya no recuerdo dónde los tenía colgados en la casa donde vivimos ahora, pero el caso es que me cansé de ellos y los guardé...

Y hace un par de semanas, los recuperé, liada como estaba con los botes de pintura de tipo chalkpaint, en plana vorágine de pinceles... Y les dí una capa de color topo...

... porque pensé que si luego los decapaba saldría el azul...

.. y creí que me gustaría...

Pero no, quedaba demasiado envejecido, demasiado "duro"...

Así que como rectificar es de sabios, tapé el decapado dando otra capa del mismo tono, y como el efecto era demasiado plano, y quería resaltar el trabajo en la madera, con la técnica del pincel seco, le di con tono más claro...

Envejecido, pero suave. 

A todo esto, tenías que verme comparando los dos efectos: un marco con el decapado azul, y el otro, con las pinceladas en blanco, preguntando a mi marido cuál le gustaba más... Y él, como la mayoría de las veces, diciéndome que el que más me gustara a mi... Así que se la elección ya la sabes...

Y ahora, la historia de las postales.

Se trata de una colección de 4 postales, en blanco y negro, pero que el autor coloreó ciertas partes, como el vestido de la dama y el traje del caballero.

No sé si provienen de mi abuela (más bien de mi bisabuela) o de la madre de mi tía abuela Maruja, pero el caso es que hace años que aparecieron en casa de mi madre, en una caja con postales antiguas.

Es la escena de un cortejo, y no dejan de ser cómicas, o inocentes, como prefieras...

No he conseguido averiguar el nombre de la destinataria, pero el del remitente, puede intuirse: "Gerardo".

¿O te parece que pueda ser otro?

Y por el anverso de las postales, la fecha de envío de una de ellas, el 28 de agosto de 1904... ¡Hace más de 100 años! Las otras, las fue enviando a lo largo de aquel verano, que no sé si fue tan caluroso como éste.

Y me imagino al remitente desconocido, con el goteo de envío de postales hacia su amiga (o "pretendida"), que pretendían sacarle una sonrisa, o un recuerdo, o un anhelo... Y la ilusión que le haría a ella, que guardó estas postales.

Y pienso que dentro de 100 años, no sé qué recuerdos dejaré a quién me siga, con tanta foto digital, y tanto correo electrónico que no se imprime... Porque aunque dejemos la llamada "huella digital", si no hay corriente eléctrica, no hay memoria que recuperar, porque todos nuestros recuerdos están almacenados, fragmentados y encriptados en varios servidores repartidos por el mundo... para que podamos disponer de ellos en cualquier momento, pero no sé hasta qué punto podrán recuperarlos aquellos que nos sigan...

Triste, ¿verdad?

Por eso, pienso que debería empezar a etiquetar los quilts que he hecho, y preparar álbumes de fotos de cada año, para conservar la memoria de mi familia, y no dejarla vendida a los bytes y a la corriente continua...

Ahora, no sé dónde colgarlos, pero terminados están...

Más brillantes, destacando más las postales...

Quizá cuando llegue septiembre, con los nuevos aires encuentren su lugar...

Y tú, ¿cómo conservas tus recuerdos?

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