Cartera íntima o cómo recuperé mi mojo costuril

Seguro que te ha llamado la atención el título del post de hoy. ¿Qué tiene que ver una cartera íntima (de las que se ven tanto en otros blogs) con eso del "mojo" y encima "costuril"?

(¿y qué es una cartera íntima?)

Si te cuento que a veces hay labores que nos desatascan, quizá lo entiendas. 

Y si te animas a seguir leyendo, lo comprenderás desde el inicio hasta el fin.

Lo primero: qué es una cartera íntima...

Pues no es más que un pequeño neceser en forma de librito en el que guardar las compresas y demás utillería para esos días del mes.

Era la típica labor que la ves en otro blog, y te la apuntas porque ves que necesitas una igual. En mi caso, que las compresas siempre terminan despendoladas por el bolso, era una necesidad real. Necesidad que podría haber sido cubierta con cualquiera de los neceseres que pululan por mi casa.

Pero la idea se quedaba en eso, en una idea.

Porque llevaba un par de semanas (bueno, en realidad, desde que hice el hussif para Ana) que no era capaz de enhebrar una aguja. Fíjate que incluso, cuando estuve de vacaciones, mi cesto de las costuras viajeras se quedó sin tocar... En este impás, he hecho alguna cosita (que te enseñaré el viernes) pero tardando 3 veces más que cuando estoy lanzada.

Había perdido mi "mojo costuril", igual que Austin Powers perdió el suyo (que era más bien para mayores de 18 años, je je je).

(Y si te quedas sin mojo costuril, estás perdida)

Hasta el viernes...

Yo soy una mujer de rutinas, de horarios. Y los viernes por la tarde, toca salir a hacer la compra de productos frescos, porque los sábados por la mañana la carnicería se llena, y siempre puede surgirme otro plan. Pero este viernes, decidí ser "mala", y quedarme en casa, y no arrastrar a mis tres vástagos con el carro de la compra.

Y saqué la máquina de coser, el tablero de corte y la regla... 

Y busqué un trozo de piqué blanco, para la parte interior y los bolsillos de mi carterita íntima.

Y una cinta beig con corazones rojos, para adornar los bolsillos.

Y otra roja con pespuntes blancos para tapar la unión de los dos bolsillos...

Y dos telas que forman parte de una colección que compré en el Creativa del año 2012 y que voy usando sólo para cosas muy especiales, porque me da mucha pena quedarme sin ellas.

(Pero empiezo a convencerme de que las telas van perdiendo la energía esa que nos atrae cuando las compramos, y que hay que usarlas cuanto antes)

En la unión de las dos telas, un poquito de encaje de bolillos...

Y cómo no, el botoncito de madera de "Hand made", porque las cosas hay que rematarlas...

Y la carterita ya está guardada en mi bolso, con ganas de estrenarla. Porque ahora no me dará apuro cuando algún compañero se acerque a mi mesa y vea, en mi bolso abierto, compresas revueltas con una piruleta envuelta o con las llaves del coche.

Porque ya he recuperado mi mojo costuril, y por eso, estoy deseando terminar de escribir esto para ponerme con el punto de cruz.

Feliz semana!

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