El hussif para Ana

Hay proyectos que merece la pena hacerlos sólo por ver la cara de la persona que lo va a recibir. Como este hussif que le he regalado a mi sobrina Ana. Porque era una promesa que le hice, y porque ahora que se nos ha vuelto costurera lo necesita. 

Y cuando sabes que va a merecer la pena, te da igual que te den las tantas de la madrugada cosiendo a todo correr para que el día de Navidad, una niña abra los ojos llenos de emoción y te diga "Gracias, tía Luz"...

Porque no es solo un costurero de viaje, sino mucho más...

Y te lo voy a enseñar con todo detalle.

El caso es que este hussif me lo lleva pidiendo desde el verano pasado, cuando vio el que me acababa de hacer y pensaba que era para ella.

(Este es el mío, y lo puedes ver completo aquí)

Además, a primeros de diciembre, le volvió a recordar a mi madre que seguía esperando a que le hiciera su hussif... y yo que pensaba que se le había olvidado. Así que como me enteré que Santa Klaus le iba a traer una máquina de coser, pensé que había llegado el momento.

Lo primero fue escoger las telas, que debían ser alegres y más infantiles de las que había usado para el mío.

(con miedo de que me dijera que no le gustaban, te confieso...)

El bolsillo para las tijeras, y en el cuadro de la derecha, un charm con forma de tijeritas...

Las tijeras tienen la punta redondeada, aunque a estas alturas, Ana ya está hecha una experta...

Y el librito para las agujas, con su tapa...

Y su fieltro debajo para que no se pierdan.

Seis bolsillos pequeños donde colocar sus hilos:

Y un pequeño alfiletero:

Y para que no hubiera duda de a quién pertenece este hussif, en vez de escoger una tela con un dibujo grande, preferí bordar su nombre, y colocar un botón de madera con forma de niña.

El cierre, con un botón en forma de corazón, de lo mucho que la quiero.

Y así queda cerradito, con la tela de la niña, que fue una compra poco meditada y que al final ha encontrado su sitio.

Además, el hussif iba acompañado de algunas telitas, para que empiece su colección (o su perdición), y algún bloque ya terminado de estrellas que tenía guardados y que puede unir y hacer su primer proyecto de patchwork.

Te confieso que la noche que me quedé hasta la una de la madrugada me preguntaba qué necesidad tenía yo de coser contra-reloj, pero ya sabes, hay peticiones a las que no nos podemos negar, y más cuando han sido tan reiteradas.

Su cara al abrir el paquete mereció la pena, como te puedes imaginar. Y es que a veces el mejor regalo no es ni el más grande, ni el que sale en la televisión, sino el que está hecho con mucho amor.

Que pases una feliz semana, y nos vemos el miércoles, que hay Reto Facilísimo.

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