Zapatos versus decoración Navideña

No, no me he vuelto loca. Pero es que el lunes me di cuenta de una cosa: si me dieran a escoger entre unos zapatos y su equivalente monetario en objetos de decoración navideña, lo tendría claro.

Por la foto, puedes pensar que al final, me quedé con las dos cosas, pero no es así. 

¿Te lo cuento?

El lunes fue festivo en Madrid capital, el Día de la Almudena, que para mi, es la mejor fiesta del año, porque mis hijos tienen colegio y mi marido y yo no trabajamos. Así que les llevamos al colegio y nos inventamos un plan. Este año, nos hemos "separado": él se fue al cine con sus padres, y yo me fui con mi madre a un centro comercial, sin prisas, que es lo bueno.

Y sobre todo, el aliciente máximo era pasar por Søstrene Grene y por Ikea (que ya tenían adornos navideños)...

Al pasar por "A Loja do Gato Prieto", vimos un farol decorado con motivos navideños, y aunque el precio no era excesivo, decidí pensármelo un poco... Porque era una compra por impulso, porque no lo necesitaba y porque teníamos que pasar a Primark y suponía llevar una bolsa más.

(Y a esas alturas de la mañana, ya parecíamos dos sherpas)

Cuando volvimos a pasar por la tienda, el farol ya no estaba.

Y mira que era bonito. Y lo bien que iba a quedar en el aparador de la entrada de casa...

Pero ya no estaba. Así que mientras iba dándole vueltas a que había sido tonta por no ceder a la compra impulsiva, en la tienda de al lado "intuí" estos zapatos:

Y digo "intuir" porque cuando voy de compras mi visión periférica capta antes un trapo de cocina con posibilidades para ser utilizado como bolsa para zapatillas, que unos zapatos...

El caso es que di la vuelta, y arrastré a mi madre al interior de la tienda. El tacón, con la altura perfecta. El color, que no le hace justicia la foto, perfecto. Y el precio...

El precio era el mismo que el del farol navideño.

Y mientras me los probaba, pensé en que muchas veces voy con los ojos abiertos sólo para las compras de decoración o de manualidades. Y me vuelvo a casa sin los vaqueros que tenía pensado comprar, o el vestido que necesitaba (como me pasó el lunes).

(Porque necesito más un par de vaqueros oscuros que un farol navideño, siendo sincera)

Quizás es porque odio probarme, porque si pudiera, llamaría a un "personal shopper" que me trajera aquellas prendas que me gustan en otras personas. O porque aquello que me encanta escapa de mi presupuesto. Y un farol navideño, o una cinta decorada o unas latas son más asequibles.

Pero a veces hay que hacer un esfuerzo, y cambiar el foco.  Y vivir un poco más hacia fuera (los zapatos) que hacia dentro (el farol que sólo iba a poder lucir en mi casa).

Sí, los zapatos se vinieron conmigo, y yo tan feliz porque el farol no hubiera estado disponible.

De hecho, cuando el miércoles los estrené para ir a una reunión de trabajo de esas que prometen ser tensas, iba yo con otra perspectiva, no solo la que conceden 6 centímetros más de altura...

Y las latas...

Una vez con los zapatos en la bolsa, tocaba cumplir con la acumulación de objetos decorativos navideños, que el día menos pensado, puedo montar una tienda... Pero son cosas que perduran en los años, cosas que puedo usar, que hacen que mi casa tenga ese toque mío... Y la última parada de nuestra mañana era Søstrene Grene, el motivo principal por el que voy a La Gavia en vez de ir a otros centros comerciales que están más cerca de casa.

 ¿Cómo sustraerse a la tentación de esta caja? 

(a estas cajas y a las demás bobadas que me traje...)

Que ya se que aún queda un mes largo para que sea Navidad, pero me gusta ir comprando cositas para así prolongar el placer, para ir guardándolas y el día 6 de diciembre, hacer el despliegue por casa, y que en cada rincón halla un detalle.

Y tú, ¿también ignoras la ropa a favor de los detalles para casa?

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