Esta semana ha sido totalmente improductiva en cuanto a costura, bordado y demás, porque he estado en Amsterdam. He asistido a una formación, en Google... nada que ver con este blog, pero es que la obligación es una cosa, y la devoción es otra.
Posiblemente, Amsterdam está repleto de cosas hermosas, pero me ha sido imposible verlas: la formación era de 9 de la mañana a 6 de la tarde, y allí, esa es la hora a la que cierran los comercios, además de que es ya noche cerrada.
Sin embargo, he encontrado algunas cosas que me han gustado especialmente, pequeños detalles que me han llamado la atención.
Allí, la bicicleta es el medio de transporte por antonomasia: miles y miles de bicicletas iguales entre si. Pero hay quien ha sabido darles un toque especial:
Me llamó la atención por la funda rosa que le había puesto al sillín y por el gran cesto de mimbre que llevaba en el manillar. Otras muchas llevan unas cajas de plástico, como las de las fruterías. Igual de útiles, eso sí, pero demasiado iguales unas de otras...
O una funda Tilda:
Una tarde-noche, pasamos por el Mercado de las Flores, pero desgraciadamente, sólo había dos puestos abiertos. Sin embargo, hice alguna foto:
Un cierto desorden en la tienda, quizá premeditado:
Un stand lleno de bulbos de tulipán...No traje ninguno por miedo a que en el aeropuerto dudasen de su "salubridad":
El techo, repleto de flores para secar:
Y más flores:
Sobra decir que me hubiera traído tantas cosas....
Y como prueba de que hasta la cosa más fútil puede ser bonita si se toma uno la molestia, el vaso de papel en el que sirven el café en los aviones de la KLM:
... como si fuera de cerámica. Este tipo de dibujo es muy típico de Holanda: la cerámica de Delft. La distinción muchas veces está en los pequeños detalles como este.
Y este fin de semana, a coser, a bordar, a acolchar, que me lo pide el cuerpo...