Escribo mientras tengo la maleta sin desocupar... y además, está a punto de anochecer. Pero es que quería que el lunes (que es cuando leerás esto), vieras los tesoros que me he traído de nuestro viaje a la casa familiar de Granada... Y mi reflexión sobre el volver al lugar donde un día los dioses nos envidiaron...
Porque volver al pasado nunca es como lo imaginamos, pero siempre podemos traernos un botín curioso, aunque para otras personas no tengan valor...