Ya lo comentaba en la entrada anterior del blog: tenía pendiente terminar el camino de mesa acorde con la temporada. Y ya lo tengo encima de la mesa:
Y me gusta mucho cómo ha quedado. De todas formas, me gustan más los colores claros para el salón, porque los muebles que tengo son oscuros, pero en este caso, las telas me pudieron... El borde es de color albero, una tela que compré este verano no sé para qué, pero que parecía a propósito para esta labor.
Y el bies.... pues como siempre hago: con retales de la misma tela usada para la parte central. Además, parece que enmarcan el quilt.
Una novedad: los corazones para acolchar
Lo ví en otro blog, y me gustó cómo quedaba... es que sigo acolchando a mano...
Y para terminar el conjunto (y la redecoración de la mesa), tenía que cambiar la bandeja que pongo encima:
Para el verano, usaba una de mimbre blanca (otra tarea de tuneo del verano anterior), pero el blanco no le iba nada... Así que saqué esta, que es de madera pintada (también por mí), y cambié el farol blanco por uno rojo (con su piña).
Y ahora, a seguir con el SAL navideño (del primer objetivo me queda bordar un par de letras y copos de nieves), y darle salida a la colcha para mi sobrina Teresa. Porque hay tareas que ya están encoladas a la espera de terminar estas...
jueves, 29 de septiembre de 2011
lunes, 26 de septiembre de 2011
Y llegó el otoño...
... porque aunque no lo parezca, ya ha sido el cambio de estación. Y le está costando, que hoy me he puesto una camisa de verano, aunque he tenido que usar a primera hora una rebeca.
Y como ya es otoño, este domingo tocó recoger todos los adornos veraniegos...
Los pajaritos Tilda ya han emigrado de mi escalera, dejando su lugar a unos corazones de pequeños cuadros vichy rojos....
Y la jaula que decora la consola de la entrada de mi casa, ahora contiene una piña y una pequeña calabaza....
Hace un tiempo, me dí cuenta de que de la misma manera que al cambiar de estación, guardamos la ropa de la temporada pasada, en cuestiones de decoración, se podía hacer lo mismo. Porque de esta manera, y con pequeños y escogidos detalles, podemos darle la vuelta a nuestra casa.
¿Por qué adornamos nuestra casa en consonancia sólo en Navidad?
Lo único que no he guardado aún ha sido el camino de mesa florido, porque al nuevo otoñal le queda todavía ponerle el bies.
¡Feliz semana!
Y como ya es otoño, este domingo tocó recoger todos los adornos veraniegos...
Los pajaritos Tilda ya han emigrado de mi escalera, dejando su lugar a unos corazones de pequeños cuadros vichy rojos....
Y la jaula que decora la consola de la entrada de mi casa, ahora contiene una piña y una pequeña calabaza....
Hace un tiempo, me dí cuenta de que de la misma manera que al cambiar de estación, guardamos la ropa de la temporada pasada, en cuestiones de decoración, se podía hacer lo mismo. Porque de esta manera, y con pequeños y escogidos detalles, podemos darle la vuelta a nuestra casa.
¿Por qué adornamos nuestra casa en consonancia sólo en Navidad?
Por eso, las flores, los huevos verdes y los adornos primaverales y veraniegos, están ya guardados en su caja, a la espera de que vuelva la primavera.
Lo único que no he guardado aún ha sido el camino de mesa florido, porque al nuevo otoñal le queda todavía ponerle el bies.
¡Feliz semana!
miércoles, 21 de septiembre de 2011
Nuevo SAL : Chritsmas Sewalong
Ayer encontré un nuevo SAL, este con motivos navideños, en SewHappy Me:
Y es que aunque todavía no ha empezado ni el otoño, hay que ir planeando las labores, pues no es como ir a comprar el árbol...
Este SAL, que durará 8 semanas (empieza este viernes), es justo lo que andaba buscando este verano, en stitchery, y gracias a una blogera que sigo, lo he encontrado por fin. Sencillito y fácil de hacer en paralelo con mis otras cositas.
Yo no tengo chimenea, pero me lo he imaginado en mi escalera (de la que los pájaritos Tilda emigrarán este fin de semana), y efectivamente, tengo que hacerlo.
¿Alguien se anima??
lunes, 19 de septiembre de 2011
Empezando labores
Una vez terminadas las tareas pendientes, toca comenzar las nuevas... algo lógico, aunque cuando se trata de costuras y demás, no siempre se cumple. Esto viene al hilo de mi visita a la tienda de tejidos del viernes por la tarde, que me hizo volver a casa con unas telas con las que no contaba, pero que cuando las muestre se entenderá el por qué del arrebato.
Y es que yo simplemente iba a por tela para la colcha de mi sobrina Teresa, que ya tocaba ponerse con ella. Pero fue ver las dichosas telas que recordé que antes de ponerme a usarlas, debía hacer el camino de mesa otoñal que tenía proyectado.
Y el sábado por la mañana, a eso de las ocho y media, ya estaba yo con la base de corte y la regla, cortando trozos de aquellas telas que compré hace unas semanas, y que estaban a la espera de tener tiempo y ganas para ir preparando los trozos.
Por una parte, un bloque con cuadros grandes y pequeños, metiendo dos cuadritos de color ocre.
Y como veía que no iba a tener suficiente tela para hacer todo el camino con esa composición, fui cortando tiras...
Y así, hasta que lo tuve pensado...
Luego, antes de la hora de comer (con la compra y los macarrones cociendo), cogí la máquina de coser, y los fui uniendo....
Y ahora, sólo falta ponerle el borde, que será ancho, y montar el resto (trasera y guata). Aunque eso lo haré a lo largo de la semana, que ya tengo las tiras de color ocre cortadas. Porque lo que más me cuesta es eso, cortar todas las telas, sobre todo cuando no sigo ningún libro o patrón, y tengo que estar haciendo cálculos en un cuaderno con hojas de cuadritos.
Una vez encarrilado el camino de mesa, tocó empezar la colcha para mi sobrinita Teresa. Y más de lo mismo: lo peor, hacer el diseño, cuaderno en mano. Pero ya tengo todas las piezas calculadas y voy avanzando:
De momento, voy haciendo los apliques de la segunda fila de la colcha (de un total de cuatro), con la fixelina de doble cara (qué gran descubrimiento), y cómo no, cortando las telas sobre la marcha (es decir, una vez terminada de rematar una fila, corto la siguiente). Será de piqué rosa y blanco, y en cada cuadro, una aplicación de la tela de los recortables.
Y ahora, el porqué de haberme puesto las pilas... Estas telas son las culpables:
Y es que yo simplemente iba a por tela para la colcha de mi sobrina Teresa, que ya tocaba ponerse con ella. Pero fue ver las dichosas telas que recordé que antes de ponerme a usarlas, debía hacer el camino de mesa otoñal que tenía proyectado.
Y el sábado por la mañana, a eso de las ocho y media, ya estaba yo con la base de corte y la regla, cortando trozos de aquellas telas que compré hace unas semanas, y que estaban a la espera de tener tiempo y ganas para ir preparando los trozos.
Por una parte, un bloque con cuadros grandes y pequeños, metiendo dos cuadritos de color ocre.
Y como veía que no iba a tener suficiente tela para hacer todo el camino con esa composición, fui cortando tiras...
Y así, hasta que lo tuve pensado...
Luego, antes de la hora de comer (con la compra y los macarrones cociendo), cogí la máquina de coser, y los fui uniendo....
Y ahora, sólo falta ponerle el borde, que será ancho, y montar el resto (trasera y guata). Aunque eso lo haré a lo largo de la semana, que ya tengo las tiras de color ocre cortadas. Porque lo que más me cuesta es eso, cortar todas las telas, sobre todo cuando no sigo ningún libro o patrón, y tengo que estar haciendo cálculos en un cuaderno con hojas de cuadritos.
Una vez encarrilado el camino de mesa, tocó empezar la colcha para mi sobrinita Teresa. Y más de lo mismo: lo peor, hacer el diseño, cuaderno en mano. Pero ya tengo todas las piezas calculadas y voy avanzando:
De momento, voy haciendo los apliques de la segunda fila de la colcha (de un total de cuatro), con la fixelina de doble cara (qué gran descubrimiento), y cómo no, cortando las telas sobre la marcha (es decir, una vez terminada de rematar una fila, corto la siguiente). Será de piqué rosa y blanco, y en cada cuadro, una aplicación de la tela de los recortables.
Y ahora, el porqué de haberme puesto las pilas... Estas telas son las culpables:
En roja...
En menos roja...
Y el borde perfecto....
Y es que yo sólo iba a comprar el piqué, pero fue verlas, y pensar en otro camino de mesa navideño, que no me vi capaz de dejarlas para otro día... La verdad es que son perfectas para dejarlas tal cual, sin cortarlas y directamente hacer el acolchado, pero ya veré. Y es que la Navidad se va acercando. Por eso, me puse con el camino de mesa otoñal, para que no se quedara como una tarea de esas que duermen en el cesto de la costura. Y por lo menos, me animó a seguir cosiendo.
Feliz semana!
jueves, 15 de septiembre de 2011
Una bolsa para Ana
Y otro proyecto que he terminado: la bolsita de recortables para mi sobrina Ana.
Hace unos días mi amiga Lisi me preguntaba por ella, cual Pepito Grillo costurero. Y el fin de semana pasado, una vez terminada la funda del e-book, la rescaté del cesto de las costuras.
Porque al paso que iba, la niña la iba a poder usar el día de su boda....
No es que la confección fuera nada complicada, y de hecho, sólo me quedaba unir las dos partes y hacer el dobladillo, pero sacar la máquina de coser siempre me da mucha pereza...
Las telas, de recortables, las tenía desde antes del verano (creo), y el problema era que cuando hicieron el corte anterior al mío, no siguieron el hilo, por lo que algunos de los cuadros no está recto. Esto hizo que para la trasera (o el delantero, según se mire), tuviese que coger otra tela, y de la misma forma para la parte en la que está el cuadro completo. Sin embargo, esto que en un principio era un escollo al final se ha convertido en una diferencia para la bolsa.
La tela de fondo es un trozo del que usé para la trasera de la colcha Friends & Flowers, que como tiene ese aire de "Cuéntame", le va que ni pintado a los recortables. Y como me parecía que iba a quedar muy soso, corté una de las muñecas y una jirafa de uno de los cuadros:
Lo más gracioso es que la sonrisa escondida de la muñeca me recuerda a Ana, que pone muchas veces esa cara de pilla a sus tiernos dos años. (no así el pelo, que a esta chiquilla le está costando horrores que le crezca).
Las dos figuras están aplicadas con la fixelina de doble cara, y alrededor les he hecho unos pespuntes en hilo marrón.
Y como me parecía que todavía no era la bolsa de "mi niña", le puse su nombre con letras sueltas, algo que no estaba previsto en la idea original, pero que la hace más personalizada.
Por el otro lado, así es como queda la bolsita: con uno de los cuadros completos. Y si soy sincera, me gusta más no usar el cuadro entero, pero...
¿Y qué hacer con los otros cuadros que tengo?
Pues una colcha para su hermanita Teresa, un delicioso y buenísimo bebé de 1 mes. Y de la misma forma que he ido recortando y aplicando piezas, esa será la idea para su colchita. Claro que ahora me queda encontrar la tela de fondo, pero por lo menos, ya tengo otra cosa menos en el cesto de la costura...
Hace unos días mi amiga Lisi me preguntaba por ella, cual Pepito Grillo costurero. Y el fin de semana pasado, una vez terminada la funda del e-book, la rescaté del cesto de las costuras.
Porque al paso que iba, la niña la iba a poder usar el día de su boda....
No es que la confección fuera nada complicada, y de hecho, sólo me quedaba unir las dos partes y hacer el dobladillo, pero sacar la máquina de coser siempre me da mucha pereza...
Las telas, de recortables, las tenía desde antes del verano (creo), y el problema era que cuando hicieron el corte anterior al mío, no siguieron el hilo, por lo que algunos de los cuadros no está recto. Esto hizo que para la trasera (o el delantero, según se mire), tuviese que coger otra tela, y de la misma forma para la parte en la que está el cuadro completo. Sin embargo, esto que en un principio era un escollo al final se ha convertido en una diferencia para la bolsa.
La tela de fondo es un trozo del que usé para la trasera de la colcha Friends & Flowers, que como tiene ese aire de "Cuéntame", le va que ni pintado a los recortables. Y como me parecía que iba a quedar muy soso, corté una de las muñecas y una jirafa de uno de los cuadros:
Lo más gracioso es que la sonrisa escondida de la muñeca me recuerda a Ana, que pone muchas veces esa cara de pilla a sus tiernos dos años. (no así el pelo, que a esta chiquilla le está costando horrores que le crezca).
Las dos figuras están aplicadas con la fixelina de doble cara, y alrededor les he hecho unos pespuntes en hilo marrón.
Y como me parecía que todavía no era la bolsa de "mi niña", le puse su nombre con letras sueltas, algo que no estaba previsto en la idea original, pero que la hace más personalizada.
Por el otro lado, así es como queda la bolsita: con uno de los cuadros completos. Y si soy sincera, me gusta más no usar el cuadro entero, pero...
¿Y qué hacer con los otros cuadros que tengo?
Pues una colcha para su hermanita Teresa, un delicioso y buenísimo bebé de 1 mes. Y de la misma forma que he ido recortando y aplicando piezas, esa será la idea para su colchita. Claro que ahora me queda encontrar la tela de fondo, pero por lo menos, ya tengo otra cosa menos en el cesto de la costura...
lunes, 12 de septiembre de 2011
Funda para e-book: paso a paso
Y por fin, después de varios meses, ya tengo mi customizada funda para el e-book, que ha sido la mejor compra que he hecho en mi vida, y necesitaba una funda apropiada. Cuando lo compré, me ofrecieron también la funda original de Sony, pero los 60 euros que costaba, me desanimaron (teniendo en cuenta que el lector valía 250 euros). Así que me conformé con otra más acolchada y barata (30 euros), que para tenerlo en casa (con las manos revoloteadoras de mis gemelos) está bien, pero para llevarlo en el bolso es un armatoste.
Y fue en El Blog de Nieves donde ví la primera idea, y ella, muy amablemente, me recomendó varios tutoriales.
El que haya tardado tanto no es porque hacerlo haya sido complicado (en unas horas se puede tener terminada), sino que ha sido el "arranque del proyecto" el que lo ha demorado: elegir los materiales, elegir la técnica (anoche me desperté a las cinco de la mañana dándole vueltas al asunto de cómo colocar las gomas para sujetar el lector). Pero ya la tengo!
Materiales
- Una agenda (o un libro viejo)
- Una plancha de gomaEVA
- Goma elástica ancha y de tipo cordón
- Cola blanca
- Pegamento de contacto.
- Telas para el top
- Cintas decoradas
- Cuter
Paso 1: Escoger las tapas
Con la ayuda de un cuter, se quitan las hojas y el papel sobrante.
Paso 3: Confeccionar el top
Puede ser una tela lisa, o plastificada, pero quería que mi funda uniera mis dos mayores aficiones: la lectura y el patchwork. Las telas tienen distinta procedencia: la estampada, de una tienda de telas cercana a casa. La de rayas azules, de IKEA (usada para las fundas de las sillas del comedor), y la de rayas rojas y celestes, de la habitación que tenían mis gemelos en la casa donde vivíamos antes, de Gastón y Daniela.
Con la máquina de coser, he hecho pespuntes que forman cuadros, y dan la sensación de acolchado. Y el corazón, está hecho con la técnica del apliqué.
En esta foto se ve con más detalle:
Aplicamos cola blanca para hacer el dobladillo, y lo sujetamos con pinzas, para que hagan presión.
Paso 5: Colocar el protector
Paso 6: Las sujecciones
Realmente, esto era lo que me dió más problemas, en cuanto a cómo hacerlo. La funda original de Sony dispone de dos enganches que hace que el lector se quede sujeto, pero aquí, no podía hacerlo. Y fijándome en mi funda, y en la que ví en otros tutoriales, opté por la goma elástica.
Se corta un trozo de goma EVA del mismo tamaño que el lector (aunque con media pulgada más habría quedado mejor), y se cortan cuatro trozos de goma elástica. Con una grapadora se aplican como se ve en la foto. Y por delante, queda así:
Para que las cubiertas no se abran, utilizaremos un cordón elástico: hacemos, en la parte donde va el libro un par de agujeros, uno por encima, y otro en la parte inferior:
Y hacemos un nudo para que no se salgan, de forma que por dentro queda así:
Y por fuera, así.
Y es que estoy muy contenta de cómo ha quedado la funda de mi e-book. No es tan aparatosa como la que tenía, y además, es totalmente única.
Así, doy por terminado uno de los proyectos que tenía rondando desde hace meses.
Y fue en El Blog de Nieves donde ví la primera idea, y ella, muy amablemente, me recomendó varios tutoriales.
El que haya tardado tanto no es porque hacerlo haya sido complicado (en unas horas se puede tener terminada), sino que ha sido el "arranque del proyecto" el que lo ha demorado: elegir los materiales, elegir la técnica (anoche me desperté a las cinco de la mañana dándole vueltas al asunto de cómo colocar las gomas para sujetar el lector). Pero ya la tengo!
Materiales
- Una agenda (o un libro viejo)
- Una plancha de gomaEVA
- Goma elástica ancha y de tipo cordón
- Cola blanca
- Pegamento de contacto.
- Telas para el top
- Cintas decoradas
- Cuter
Paso 1: Escoger las tapas
Este era el primer escollo del proyecto. Mi suegro, que el invierno pasado se aficionó a la encuadernación, se ofreció a cortarme el una cubierta, pero ordenando un mueble encontré esta agenda del año pasado que me dieron en la empresa y que no llegué a usar (como dice mi madre, no se puede tirar nada)
Paso 2: Eliminar las hojas
Con la ayuda de un cuter, se quitan las hojas y el papel sobrante.
Paso 3: Confeccionar el top
Puede ser una tela lisa, o plastificada, pero quería que mi funda uniera mis dos mayores aficiones: la lectura y el patchwork. Las telas tienen distinta procedencia: la estampada, de una tienda de telas cercana a casa. La de rayas azules, de IKEA (usada para las fundas de las sillas del comedor), y la de rayas rojas y celestes, de la habitación que tenían mis gemelos en la casa donde vivíamos antes, de Gastón y Daniela.
Con la máquina de coser, he hecho pespuntes que forman cuadros, y dan la sensación de acolchado. Y el corazón, está hecho con la técnica del apliqué.
En esta foto se ve con más detalle:
Paso 4: Pegar el top
Aplicamos cola blanca para hacer el dobladillo, y lo sujetamos con pinzas, para que hagan presión.
Paso 5: Colocar el protector
Cortamos un trozo de gomaEva lo suficientemente grande como para que no se vea el borde de la tela, en la parte interior de la funda. De esta forma, el e-book quedará más protegido. Lo pegamos con cola blanca, y ponemos las pinzas para afianzar. En lo que es la parte interior del lomo, he pegado un trozo de cinta roja, para taparlo.
Realmente, esto era lo que me dió más problemas, en cuanto a cómo hacerlo. La funda original de Sony dispone de dos enganches que hace que el lector se quede sujeto, pero aquí, no podía hacerlo. Y fijándome en mi funda, y en la que ví en otros tutoriales, opté por la goma elástica.
Se corta un trozo de goma EVA del mismo tamaño que el lector (aunque con media pulgada más habría quedado mejor), y se cortan cuatro trozos de goma elástica. Con una grapadora se aplican como se ve en la foto. Y por delante, queda así:
Paso 7: Pegar la sujección a la cubierta
Con pegamento de contacto, pegamos esta parte al libro, y para tapar el borde del top, he utilizado una cinta decorada (la compré en Gangalandia).
Y así es como queda el interior:
Paso 8: Añadir el cierre elástico
Y hacemos un nudo para que no se salgan, de forma que por dentro queda así:
Y por fuera, así.
Y es que estoy muy contenta de cómo ha quedado la funda de mi e-book. No es tan aparatosa como la que tenía, y además, es totalmente única.
Así, doy por terminado uno de los proyectos que tenía rondando desde hace meses.
Recuerda que si no te quieres perder nada, me encontrarás en:
- Lo que me gusta en Pinterest, aquí tienes el enlace.
- Y mi cuenta de Instagram: bcosasbonitas.
viernes, 9 de septiembre de 2011
Un cubito de zinc
Esta vez le ha tocado a un pequeño cubo de zinc que compré antes del verano en la sección de manualidades de Carrefour (recomendable echar un ojo de vez en cuando).
Esta vez, he usado pintura acrílica, en color "mantequilla". Y digo esta vez, porque tengo varios cubos también de zinc, que pinté con esmalte, con lo que efecto era más brillante y espectacular. Pero "lo malo", es que luego hay que andar usando aguarrás para dejar las brochas impecables, y sinceramente, no estaba yo para tanto tinglado...
Así que dos capitas de pintura, y listo.
Para decorarlo, usé una imagen impresa en papel (con la impresora de inyección de tinta), que tenía guardado en un cajón. Para pegarla, un poco de cola blanca, y por encima, dos capas más, para protegerla del barniz en spray que remata esta tarea.
Y terminado:
Esta mañana la puse en una de las baldas de la cocina, con un bote de cristal en su interior, donde intento que echen raíces unos esquejes de photo. Las baldas son de IKEA, muy estrechitas (son soportes para cuadros y papeles), pero son perfectas para poner mis latas de té, bandejas con decoupage y botes con especias.
Y mientras escribo esto, hago tiempo para que se seque bien el pegamento que he usado para la funda de mi e-book... que aunque será objeto de la próxima entrada del blog, aquí os presento un pequeño adelanto:
Una cosita sencilla, pero que como siempre, queda resultona. Y no es que me haya olvidado de mis costuras, del patchwork y demás, pero es que de vez en cuando, conviene hacer un paréntesis y retomar pequeños trabajos que estaban pendientes.
Cuando vi este cubo no me pude resistir a echarlo al carro: era pequeñito, de unos quince centímetros de altura, y tenía muchas posibilidades.
Y además, cuando se lleva ya tiempo haciendo manualidades, se supone que se tiene ya material en casa, por lo que abordar una pequeña tarea como es decorar un cubito no implica tener que hacer más desembolso que el del objeto en sí.
Lo primero, como siempre, el par de capas de gesso, por la parte de fuera. El asa metálica la dejé en "crudo", y para evitar que se manchara el agarrador de madera, lo forré con cinta de carrocero (otro elemento en el "fondo de armario" de una aficionada a las manualidades).
Y ahora, la pintura:
Así que dos capitas de pintura, y listo.
Para decorarlo, usé una imagen impresa en papel (con la impresora de inyección de tinta), que tenía guardado en un cajón. Para pegarla, un poco de cola blanca, y por encima, dos capas más, para protegerla del barniz en spray que remata esta tarea.
Y terminado:
Esta mañana la puse en una de las baldas de la cocina, con un bote de cristal en su interior, donde intento que echen raíces unos esquejes de photo. Las baldas son de IKEA, muy estrechitas (son soportes para cuadros y papeles), pero son perfectas para poner mis latas de té, bandejas con decoupage y botes con especias.
Y mientras escribo esto, hago tiempo para que se seque bien el pegamento que he usado para la funda de mi e-book... que aunque será objeto de la próxima entrada del blog, aquí os presento un pequeño adelanto:
¡Buen fin de semana!
lunes, 5 de septiembre de 2011
Premio Destellos
Este tipo de premios me da un poco de vergüenza, lo reconozco... y no es una reacción muy lógica, pues tener un blog es como abrir tu casa (o tu mente) al resto del mundo... Y nunca mejor dicho: desde que me lancé con el blog he recibido visitas de lugares tan lejanos como Islandia, Australia, Nueva Zelanda, o América del sur, central y del norte! Y esto, me satisface, lo confieso. Me toca el orgullo y me llena de satisfacción que personas a las que no conozco, y que no me conocen personalmente, vean las cosas que hago en mi casa, en mis ratitos de ocio, y que en ocasiones, les inspiren en sus labores o en sus manualidades.
Muchas gracias por vuestras visitas!!!!
Muchas gracias por vuestras visitas!!!!
Y dicho esto, hoy me han concedido un premio, en el blog de Las Cositas de Alba, que hace unos polos para niños maravillosos.
Para recogerlo, hay que seguir las siguientes normas:
1.- Publicar las normas.
2.- Poner la imagen del premio.
3.- Mencionar el blog que te lo entregó.
4.- Darlo a 6 personas.
5.- Contar tu mayor sueño.
Y escoger a quién dárselo es difícil....
Y mi mayor sueño....
Coser cositas para mis mis nietos... que ya sé que mis hijos sólo tienen 7 años, pero conocer a sus hijos querrá decir que he llegado a la edad madura con ganas para seguir dándole a la aguja....
Feliz semana!
sábado, 3 de septiembre de 2011
Pintando con lluvia
No sé por qué, pero los fines de semana siempre me despierto a la misma hora que cuando tengo que ir a trabajar, y lo curioso es que, de la misma forma que entre semana, si cerrara los ojos volvería a dormirme, hoy, era imposible...
Así que a eso de las ocho y media, he decidido dejar de darle vueltas a posibles diseños para el camino de mesa y me he levantado... con muchas ganas de hacer algo productivo. Y como era muy temprano para ponerme a pasar la aspiradora, he sacado el bote de gesso, unos pinceles y me he puesto a pintar un pequeño macetero de madera que compré hace unos meses...
Y no se me ha dado mal:
Una capa de barniz en spray, y listo para colocar en el baño de los gemelos.
¿Qué pondré dentro? Pues lo cierto es que no lo sé, ni tampoco si esa será su ubicación definitiva.
Así que a eso de las ocho y media, he decidido dejar de darle vueltas a posibles diseños para el camino de mesa y me he levantado... con muchas ganas de hacer algo productivo. Y como era muy temprano para ponerme a pasar la aspiradora, he sacado el bote de gesso, unos pinceles y me he puesto a pintar un pequeño macetero de madera que compré hace unos meses...
Y no se me ha dado mal:
Lo cierto es que compré este macetero sin tener una idea muy clara de dónde lo pondría, algo que vendría determinado por la manera como lo decorase. Pero es que me pareció la típica cosa que por su precio (unos dos euros) merecía la pena llevarme a casa y esperar a que me llegase la inspiración:
Como siempre que pinto algo de madera (o de lata, que esa es otra de las cosas en marcha), un par de capas de gesso, con lijadas entre capas (y por supuesto, antes de dar la primera capa):
Una vez seco, tocaba escoger colores: como esta mañana llovía en Madrid he optado por blancos y grises, combinados de la siguiente forma: dos caras y el interior de gris, dos caras de blanco, y el borde también.
Por la forma en que está tomada la fotografía, no se aprecia la diferencia, pues ha quedado muy sutil.
Y para darle un poco de alegría, he puesto una pequeña etiqueta de madera, que ya tenía hasta pintada de hace tiempo:
Una capa de barniz en spray, y listo para colocar en el baño de los gemelos.
¿Qué pondré dentro? Pues lo cierto es que no lo sé, ni tampoco si esa será su ubicación definitiva.
¿Y qué más? Pues entre capa y capa de pintura, he estado cortando telas para el camino de mesa otoñal...
... aunque el tema va para largo, pues no tengo ningún patrón y más o menos voy haciendo el diseño sobre la marcha. Así que esta noche (no hay prisa, que aunque no lo parezca, seguimos en verano), continuaré con los bloques de mi Farmer's Wife....
jueves, 1 de septiembre de 2011
Una cajonera Tilda
Como ya he comentado otras veces, parece mentira lo que se puede hacer con un poco de pintura y papel...
Esta vez le ha tocado a una cajonera Fira, de IKEA. Desgraciadamente, la han descatalogado, pero yo tenía dos que compré hace un par de años.
Para alegrarla, he usado pintura acrílica beig y azul bebé (primero, una lijada suave y una capa de gesso, para preparar la madera). Y para los cajones, papel Tilda, pero con truco...
En mi ordenador, tenía muchísimas imágenes con muestras de papel, y lo único que he tenido que hacer es imprimirlo e ir pegándolo en los cajones. El papel usado es el normal y corriente.
Es en estas cajoneras donde guardo los botes de pintura americana y los pinceles para mis manualidades.
En uno de los cajones pegué una etiqueta, también impresa. Para proteger el papel, un par de capas de cola blanca, que además le da brillo. Y como siempre, la capa de barniz en spray.
Y esta es la otra cajonera, en "crudo":
Esta tendrá que esperar un poco, porque este mes quiero reestructurar la buhardilla, y hay que ir paso a paso. De momento, en ella guardo lazos de resina, que también esperan tiempos mejores.
A veces me pregunto por qué no compré más en su momento, para haber hecho un pequeño mueble, pero es que nunca se sabe....
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