Llevaba sin publicar desde el 30 de marzo... Puff, ¡demasiado tiempo!. Y no es que haya estado parada ... Bueno, un poco sí, pero es que hay veces en la vida en la que hay cosas que nos superan, malas rachas de esas que te usurpan las ganas de hablar, de coser y de contar la vida.
Y este mes ha sido de esos. No por lo familiar, afortunadamente, que me considero una mujer y una madre con mucha suerte. Pero eso, que hay veces que nos tomamos lo laboral demasiado en serio...
Domingos por la tarde en los que lo que menos me apetecía era encender el ordenador...
Hoy (porque escribo el domingo, aunque esto lo publique el lunes), es diferente: hoy sí me apetece enseñaros algo de lo que he conseguido hacer durante este mes de silencio.