Durante casi dos meses, al llegar las diez de la noche, con todos los niños acostados, sacaba las lanas. Los fines de semana conseguía arañar más tiempo al sueño, e incluso algún sábado y domingo, a las 7 de la mañana, ahí estaba yo, procurando que las manos de Celia no me deshicieran los ovillos de lana.
Tiene doce cuadros de largo y ocho de ancho, es decir, 96 cuadrados, de tres colores cada uno. Y la verdad es que es muy calentita...
Sí, es cierto, me queda por rematar algún cuadrado, pero necesitaba enseñarla!
Para el borde, hice dos vueltas en tono verde,una en tono burdeos, y en marrón, una igual y otra con ondas.
Le da un toque muy cálido al salón, confortable. Mis hijos me decían que no va a abrigar porque tiene muchos "agujeros", y es que ellos son más de la manta polar de Ikea...
Pero a mí me encanta mirarla, y arroparme con ella, sintiendo el calorcito de muchas horas de ganchillo.
Con tantos colores...
Así que este fin de semana, he podido retomar el Mystery Quilt, que nos quedan sólo dos bloques y hay que ponerse a acolcharlo antes de que llegue el calor (que un día llegará, aunque parezca que queden muchos meses de invierno). Y uno de los gemelos ya se ha quedado tranquilo porque vuelvo a coser: "Es que es más fácil para tí", me decía ayer....
Feliz semana!