Los materiales que he utilizado son los siguientes:
- Un marco, con la trasera incluida. Puede estar en bruto o ya pintado (no importa si el color no nos conviene)
- Adornos de resina
- Gesso blanco
- Barniz en spray
- Pátina gris
- Hembrillas y puntas.
- Retal de tela
- Relleno para acolchar o muletón grueso (un retal de manta sirve)
- Grapadora
Ya podemos comenzar...
Este es el marco en su estado original. Los adornos no están pegados todavía, sino que los presentamos para hacernos una idea de dónde colocarlos.
Aplicamos la primera capa de gesso, al marco y a los adornos...
Cuando ya esté seca la pintura, pegaremos los adornos, y posteriormente. Aplicaremos el barniz en spray, para evitar que la pátina manche la pintura. Y cuando se seque, continuaremos con la pátina.
Mientras se seca, forraremos la trasera del marco, primero con el muletón, y después, con el retal de tela escogido.
Gracias al muletón, podremos clavar también broches y alfileres.
Ahora, colocaremos las hembrillas (perfectas para los pendientes), y las puntas para poder colgar de ellas los collares.
Sólo falta colgarlo en el rincón escogido y comenzar a darle uso:
¡Una forma bonita y decorativa de tenerlo todo en orden!
Que xulo!
ResponderEliminarMuy bien ilustrado este trabajo. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarGracias por visitar mi blog. Estoy ojeando otra vez el tuyo, tienes muchas ideas buenísimas.
ResponderEliminarEl portacollares te quedó precioso, parece un expositor de tienda.
Un saludo.
Que idea tan chula!Me ha encantado.
ResponderEliminarUn abrazo