Caja de fruta para los cojines

A estas alturas, supongo que tú también has caído en usar cajas de fruta para pintarlas... Y es que es un material de base muy económico (por no decir, gratis total) y que tiene muchas posibilidades. 

Hoy te quiero enseñar cómo he convertido una caja de fruta en un cajón para colocar los cojines para el dormitorio de una compañera de trabajo, usando pintura de tipo chalky, transfers y pincel seco.

Y tan contenta que estoy del resultado.

Todo empezó hace un par de semanas, cuando mi amiga me dijo que estaba pensando en comprar un cesto o una caja para colocar los cojines de su cama por la noche.

Quieta "pará", le dije. No compres nada, que yo te "tunéo" una caja de fruta y te ahorras el dinero.

(Y además, así me entretengo yo varias tardes, que llevo una temporada en sequía de pinturas)

Así que teniendo ya un objetivo, me lancé a la búsqueda de una caja de fruta del tamaño ideal para colocar cojines. La primera parada la hice en la frutería que hay debajo de casa de mi madre (que vive a trescientos metros de nosotros),  y con quien tenemos muy buena relación.

(Es lo que tiene ser la madre de los gemelos y de la niña que canta como si fuera Marisol, que en todos sitios me conocen, por suerte o por desgracia).

En esta frutería, me guardaron una de las cajas que iban a tirar, pero al ir a pintarla, vi que la madera estaba combada y que tenía muchas astillas. Y me iba a pegar una currada para hacer algo que iba a quedar demasiado rústico para un dormitorio.

Por eso, en otra de mis salidas por el pueblo, al pasar por otra frutería, ví la caja perfecta: lisa, sin dibujos que supusieran tener que dar capas adicionales de pintura para taparlos. Lo mejor fue la cara del frutero árabe al pedirle esa caja, pero a estas alturas, ya he perdido toda la vergüenza cuando quiero algo para mis manualidades.

Ya tenía el material de base. 

Lo siguiente, el estilo.

Mi amiga tiene el dormitorio decorado en gris y blanco, colores que tenía yo en mente para pintar la caja, así que iba en buena dirección.

Una capa de gris antracita de la marca Xylazel, en su versión chalk finish,  y una vez bien seca, la envejecí con la técnica de pincel seco, usando gesso.

Pero la caja quedaba simplona.

(Y a mi no me gustan las cosas sosas)

Así que había que decorarlo con un transfer..

Te confieso que llevo una temporada enfadada con esta técnica, la de los transfers, aunque gran parte de la culpa de este desamor es mía, y de mis prisas. Pero en este caso, tenía que arriesgarme.

Los medallones que van en los laterales de la caja los tenía claros desde el principio, pero las imágenes para los lados largos no.

Así que decidí hacerle un guiño a mi amiga, que es una entendida en vinos y que además, me ha descubierto un par de marcas estupendas.

 La caja de los cojines iba a ser una caja vieja de vinos franceses, con dos imágenes diferentes en cada lado, para que si se cansa del "Chateu", pueda ver otro tipo de vinos.

 Porque me imaginaba a mi amiga encontrando esta caja en una bodega francesa, después de una cata.

Y porque me gusta añadir algo de la personalidad de quien va a recibir el regalo. 

Así que espero que esta caja sea de su agrado, que la disfrute y que se acuerde de mi... porque ha sido un placer el hacerla para ella.

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