Telas inesperadas y obras esperadas

Te lo iba a contar la semana pasada, pero al final, las cosas se complicaron (o me distraje con los azulejos), y no pude publicar la entrada que tenía preparada contándote la procedencia de las telas de la foto.

Y es que lo mismo que hay telas que inesperadamente se vienen con nosotras, hay obras que planeamos con antelación y que al final se ejecutan.

Como es la obra del cuarto de baño.

Pero primero te cuento lo de las telas, algo mucho más lúdico que la perspectiva de mañana y pasado con un cuarto de baño en reformas.

Hace un par de sábados arrastré a mi familia al Centro de Madrid. Bueno, quizá arrastrar no es la palabra, pero sí que tuve que hacer un ejercicio de sugestión a mi marido durante toda la semana. Que si tengo que comprar telas para el nuevo quilt, que si así se toma Celia su primer "caldico" del Lardy...

Convencer a los gemelos fue un poco más complicado, pero al fin y al cabo, ellos tienen voz aunque no voto. Y la perspectiva de un desayuno americano hizo que su voz se volviera menos quejosa.

(A Celia le dijimos que íbamos a ir a comprar acuarelas...)

En realidad, tal y como lo cuento, quizá pienses que vivimos lejos, pero no es así. Sólo nos separan 15 kilómetros del centro de la capital, pero he de reconocer que mi marido odia las aglomeraciones, y que por eso ir a las zonas comerciales (que no centros) es algo a lo que accede muy de vez en cuando.

Pero era un buen plan el pasar toda la mañana en Madrid, el desayunar, y el comer fuera de casa si se terciaba.

El motivo principal era ir a Julián López para comprar telas para el Splendid Sampler, porque necesitaba incorporar a la caja de las telas que he seleccionado alguna tela más en azules y en verdes.

La compañía no era propicia para hacer una de esas compras de telas que disfrutas, porque tenía 4 pares de ojos puestos en mi, presionando en silencio para que terminara pronto y dirigirnos a la Fnac.

Así que fui a lo concreto y me cortaron una cuarta de un par de telas que encajaban con lo que iba buscando (y que ya he usado para uno de los bloques que he terminado la semana pasada).

Y entonces, la vi...

Estaba casi escondida, pero con un azul tan luminoso que hizo que me quedara prendada. El estampado era demasiado grande para este proyecto pero...

¿Cómo dejar una tela así?

Casi a su lado, había otra, con tonos más apagados, pero que también me suplicaba que me llevara un trozo, aunque sólo fuera medio metro.

Quizá para unos neceseres, o para un bolso veraniego. El caso es que no me quedó más remedio que pedirle al dependiente que cortara medio metro de cada una de ellas.

Y tan contenta que me quedé.

(Porque mira que son amables los dependientes de Julian López, que te tratan como una reina aunque sólo te vayas a llevar una cuarta de tela)

Ya con mis telas, nos fuimos a la Fnac, y allí, encontré el libro de Hatched and Patched de proyectos para Navidad...  De acuerdo, un poco pronto para pensar en esas cosas, pero si no es para este año, será para el siguiente, que los libros de patchwork no ocupan lugar...


Y ahora lo menos lúdico: la obra del cuarto de baño de los niños. Vamos a poner un plato de ducha nuevo, y el alicatado de esa zona, y otra mampara y un mueble bajo-lavabo... No me gustan las obras, pero después de 8 años viviendo en esta casa y de que hayamos tenido humedades cada 6 meses, llegó el momento de hacer un arreglo definitivo.

Y ponerlo más bonito.

Aunque suponga que me quede sin vacaciones fuera de casa. Pero las obras, cuanto antes terminen mejor.

Ya te enseñaré los detalles que estoy preparando, porque el cambio de color en este baño implica cambios también en la decoración...

(Con lo que me gusta a mi el "detallismo"...)

... y más cuando no tengo a mi "ayudanta" queriendo participar cuando me pongo a pintar.

Que pases una feliz semana.