Al final del Splendid Sampler

Hoy han publicado el último bloque del Splendid Sampler, el número 100. Porque hoy hace un año que empezó esta locura que nos ha traído de cabeza a miles de mujeres (y algún hombre, supongo) alrededor del mundo.

(somos muchas las locas del patchwork)

 Si te digo la verdad, estaba convencida de que llegaría hasta el final del camino, porque me quedan 4 por hacer, y porque al ser bloques tan distintos los unos de los otros, no he tenido nunca sensación de pesadez ni de hartura.

Y este fin de semana tocaba poner orden.

Aunque todos los bloques los he ido guardando en una lata grande, no estaban ordenados. En el sentido de que aproximadamente la mitad tienen fondo blanco (o predominancia en los bordes de ese color) y otros son sin blanco. Y un de mis desvelos es cómo los voy a unir, de qué color van a ser las "calles" que vayan entre los bloques.

Porque si son blancas, obviamente con los bloques del primer grupo no va a quedar bien...

(problemas que tenemos las "quilters", como ves, de gran trascendencia...)

Y en los bloques de colores, el blanco haría que resaltaran más.

Así que el ayer por la mañana, antes de ponerme a ordenar la casa, me puse a hacer dos montones, para ver si la cantidad de blancos me da para hacer una mantita de un tamaño apropiado.

Y parece ser que sí, que aunque tenga más de los "no blancos", la diferencia no es grande.

Aunque tendré que ver si me cuadran los bloques... o si no me da pena separarlos...

(más problemas de gran calado...)

Pero mientras, los bloques siguen en la caja de lata, en bloques de diez, esperando a que lleguen los cuatro que están en casa de mi madre (que también se metió en esta aventura) y los otros cuatro que me quedan por hacer.

Y si te gusta el patchwork comprenderás que me de un poco de pena que este año de coser trocitos de tela esté a punto de terminar, aunque quede unirlos y acolchar.

Porque hay aventuras que cuando las empiezas, te producen un cierto vértigo por el alcance y la duración, pero que cuando vas llegando al final, sabes que nunca habrá otra igual.

O quizá sí, porque el patchwork, como la vida, está lleno de sorpresas.

Feliz semana (y nos vemos el miércoles)

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