Los principios han sido muy rudimentarios: he ido cortando las piezas con una plantilla. Y esta estrella es el primer bloque que he hecho. Creo que la usaré para hacer unas fundas de cojines para mi cama (necesita colorido). Las telas son popelines, que quizá no sean las más adecuadas, pero mientras me afianzo en la técnica, mejor ir aprovechando los retales que tengo por casa. 
Este es el libro que compré en la Fnac para aprender. No, no tengo tiempo para apuntarme a ningún curso, a no ser que se hiciera en mi casa a las diez de la noche. Y por eso, he tenido que recurrir al auto-aprendizaje. En este libro explican cómo cortar las telas, y además, vienen varios proyectos explicados. Creo que para empezar, me vendrá bien. Y una de las cosas que necesitaba era el tablero de corte, la regla y el cuter circular. Dicho y hecho: ayer por la tarde me hice con ellos. Los he comprado en una tienda de Paracuellos del Jarama, La rueca de Quina. Llevan abierto desde primeros de abril, y tienen un buen surtido de cintas, de hilos y materiales de patchwork, además de que son muy amables. Organizan un curso, pero por horario me resulta imposible ir. De cualquier modo, una de las chicas me contó el truco para hacer triángulos. Así que esta tarde, empezaré a cortar trozos con mis nuevas herramientas. Y la terraza...
Con el calor que ha hecho esta semana (y el que va a hacer el fin de semana), es momento de poner en orden la terraza de casa.
Tirar los geraneos helados, podar la pasiflora...
Mucho trabajo por hacer, por no hablar de que tengo que lijar la mesa de madera, y darle el aceite de teca. Para lijarla, usaré la lijadora que me regaló mi hermana el año pasado.
Pero creo que eso tendrá que esperar hasta mañana (lo siento por quien está esperando los resultados del lijado con la mouse ...)
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